LA ERA DE ALFREDO DI STÉFANO

Alfredo di Stéfano aterrizó en el Valencia en abril de 1970, en un momento malo para el club de Mestalla, sustituyendo al tándem formado por Enrique Buqué y Salvador Artigas. En esa temporada, el Valencia volvió a perder una final de Copa en Barcelona, esta vez ante el Real Madrid (3-1). Montjuïc volvió a ser un estadio gafe para los intereses del Valencia, que en esa final lo tuvo todo a su favor: el Madrid se presentaba a ese partido con una de las peores clasificaciones ligueras de su historia, en la primera parte cayeron lesionados Grosso y Amancio, pero los madrileños se impusieron finalmente.

Fue una época de las más intensas, recordadas y emocionantes de la historia valencianista.

La primera temporada de Di Stéfano al frente del equipo es una de las más intensas, recordadas y emocionantes de la historia valencianista y significó una nueva liga conseguida hasta la fecha.

Di Stéfano hizo un conjunto nuevo, sólido y fuerte en defensa con hombres como Sol, Aníbal, Jesús Martínez y Antón, envolviendo a un seguro en la portería: Abelardo. Fútbol inteligente y preciso en el centro del campo, donde el punto de referencia era Pepe Claramunt; y una delantera ágil, rápida e ideal para el contragolpe que tuvo en Forment, Valdez, Sergio y Pellicer a sus piezas básicas.

La temporada 70-71 era la última que disputarían 16 equipos y tras los primeros partidos el Valencia era un serio aspirante a perder la categoría. Poco a poco, los resultados fueron acompañando y el Valencia se afianzó en la zona media de la tabla. El gran partido de ese campeonato fue el que se jugó en el Nou Camp. Allí el Valencia se impuso al Barcelona 0-2, con goles de Claramunt y Valdez, y Abelardo detuvo una pena máxima. Fue un espaldarazo para que el Valencia presentara sus credenciales para ganar el título.

Lo que más se recuerda de aquella temporada es el último partido de liga, disputado en Sarriá. El Valencia llegó como líder, con 43 puntos, mientras que el Barcelona y el Atlético de Madrid, que se enfrentaban entre sí, tenían 42 y 41, respectivamente. El equipo de Di Stéfano necesitaba un punto que no consiguió, ya que cayó ante el Español por 1-0, pero al empatar colchoneros y culés el título fue a parar a las arcas valencianistas. Muchos analistas coinciden en que el Valencia ganó su cuarta liga gracias a la solidez defensiva y a los únicamente 19 goles que recibió Abelardo.

Valencia ganó su cuarta liga gracias a la solidez defensiva

Finalizada la liga, el Valencia afrontaba la Copa convencido de que se podía repetir el doblete logrado en 1944, El conjunto che llegó a la final, eliminando a Mallorca, Betis, Málaga y, ya en semifinales, al Sevilla. Llegaba a la final sin conocer la derrota, con dieciocho goles marcados en ocho partidos, como campeón liguero y con la moral por las nubes. El escenario fue el Santiago Bernabéu y el rival, un escocido Barcelona. El triunfo fue para el equipo catalán, que, en una gran final, venció a los valencianistas por 4-3. El Valencia no pudo poner la guinda a una de las mejores temporadas de su historia.

La consecución del título de Liga dio la oportunidad de estrenarse en la Copa de Europa, máxima competición del fútbol continental. El paso del Valencia por esta competición fue efímero, ya que superó al Luxemburgo y al Hajduk Split y en tercera ronda cayó ante el Ujpest Dosza.

A pesar de que posiblemente el Valencia tenía mejor equipo que el que ganó la Liga, en la temporada 71-72 sólo se pudo conseguir el subcampeonato. Era el vigente campeón, y todos los equipos le tenían muchas ganas. Las incorporaciones de Quino, Adorno y Lico mejoraron el potencial del equipo, aunque no fue suficiente para repetir el éxito de la anterior campaña y el campeón fue el Real Madrid.

Una vez más, el Valencia volvió a perder una final de Copa, esta vez ante el Atlético de Madrid por 2-1. Se adelantó Salcedo, empató Valdez y el gol de la victoria madrileña fue anotado por José Eulogio Gárate. Esta derrota supuso un nuevo revés para los más de 20.000 valencianistas que presenciaron el partido.

En 1973 se produjo el adiós del presidente Julio de Miguel, un año después de la muerte en Mestalla del gerente Vicente Peris, su mano derecha. Tras la marcha del presidente, el Valencia pasó por la Liga sin pena ni gloria. En la primera edición de la Copa de la UEFA, competición sustituta de la Copa de Ferias, el Valencia debutó ante el Manchester City, pero cayó en la siguiente ronda ante el Estrella Roja de Belgrado.

En la primera edición de la Copa de la UEFA, el Valencia debutó ante el Manchester City, pero cayó en la siguiente ronda ante el Estrella Roja de Belgrado.

Francisco Ros Casares tomó el relevo de Julio de Miguel, con una directiva con mucha oposición que tuvo, como mayor éxito, la adquisición de los terrenos de Paterna, donde se ubicaría la futura Ciudad Deportiva del Valencia.

El fútbol español abrió sus fronteras, lo que permitió que cada equipo pudiera tener en sus filas a dos jugadores extranjeros, lo que finiquitaba el problema de los oriundos. Uno de los primeros en llegar a Mestalla fue Salif Keita, un delantero de Malí que venía de triunfar en el fútbol francés. El otro fichaje extranjero fue el austriaco Kurt Jara. La temporada fue mala y el Valencia ni siquiera participó en competición europea, hecho que no se producía desde su debut en 1961.

A pesar de que esta etapa fue muy complicada, el Valencia no dejó de contar con grandes jugadores en sus filas, como fue el caso de Johnny Rep, un magnífico extremo derecho holandés procedente de uno de los mejores equipos europeos del momento: el Ajax de Amsterdam.

Los títulos de Copa en 1979 y Recopa en 1980

Tras la era Ros Casares le llegó el turno a José Ramos Costa, proclamado presidente en enero de 1976. Bajo su presidencia, el club de Mestalla vivió una trayectoria deportiva marcada por los títulos de Copa en 1979 y Recopa en 1980, aunque desde el punto de vista económico el Valencia comenzó su endeudamiento, provocado, en gran medida, por las obras de remodelación de Mestalla para ser sede en el Mundial de 1982.