NO DIGA KEMPES, DIGA GOL

Con el inicio de la temporada 76-77 se abrió una etapa completamente diferente para el valencianismo. Al Valencia llegó el paraguayo Heriberto Herrera como entrenador y como jugadores se incorporaron, entre otros, Castellanos, Diarte, Carrete, Botubot, Arias y, sobre todo, Mario Alberto Kempes.

Kempes ha sido el jugador más importante que ha pasado por la entidad che, tanto por sus éxitos internacionales (fue campeón con Argentina del Mundial de 1978) como por su labor en el Valencia Club de Fútbol. Kempes fue el máximo goleador de la Liga española en dos ocasiones, en las temporadas 76-77 (24 goles) y 77-78 (28 goles), máximo goleador del Mundial celebrado en su país en 1978 y artífice de la Copa de 1979 y de la Recopa de 1980.

Su carisma, sus golpes francos y su habilidad para el gol provocaron que un periodista argentino le rebautizara con el sobrenombre de ‘Matador’ y que todos los domingos, en Mestalla, se escuchara aquello de ‘No diga Kempes, diga gol’.

Un entrenador destituido (Heriberto Herrera), un crack como Kempes en el equipo, jugadores de la tierra en expansión como Enrique Saura o Ricardo Arias, un buen rendimiento de los recién fichados Castellanos, Carrete y Botubot fueron las claves de la primera temporada de Ramos Costa como presidente.

Otro de los nombres importantes del valencianismo que surge en esta época es el de Ricardo Arias, el jugador que más veces ha vestido la camiseta blanca en toda la historia. Durante dieciséis temporadas, el futbolista de Catarroja fue protagonista de los momentos más brillantes y de los más tristes de la vida valencianista.

El hispano-francés Marcel Domingo sustituyó a Heriberto Herrera al frente del equipo y fue el encargado de devolver al Valencia a Europa, tras un lustro de ausencia. Domingo, que venía de entrenar al Burgos, se trajo consigo a tres jugadores, entre los que destacó el guardameta Manzanedo.

Pasaban las temporadas y el Valencia nunca carecía de jugadores de mucha calidad. Otros en llegar en estos años fueron Daniel Solsona y Rainer Bonhof, internacional alemán que había sido campeón del mundo en 1974. El jugador catalán, por su parte, ha sido uno de los jugadores más técnicos que han estado enrolados en las filas valencianistas.

La temporada 78-79 destacó por el papel copero. La competición no fue fácil. El conjunto dirigido por Pasieguito, que había sustituido a Domingo, tuvo que medir sus fuerzas ante el Barça. El partido de ida tuvo un resultado esclarecedor: Barcelona 4 - Valencia 1. La eliminatoria parecía sentenciada y pocos creían en la remontada valencianista. Pero en el partido celebrado en Mestalla el Valencia dio la vuelta a la eliminatoria y venció al conjunto blaugrana por 4-0, resultado que permitiría al Valencia seguir en la Copa... y llegar a la final.

Tras el Barça los rivales fueron de Segunda División, y el Valencia superó holgadamente tanto a Alavés como a Valladolid. Se llegó a la final ante el Real Madrid. El escenario, el Vicente Calderón. En las gradas, 25.000 aficionados valencianos que ondearon las senyeras en la capital de España, celebrando uno de los mejores triunfos de la historia del club. El Valencia, que jugó con el uniforme de la senyera, formó con Manzanedo, Carrete, Arias, Botubot, Cerveró, Bonhof, Castellanos, Solsona, Saura, Kempes y Darío Felman, y también participó Tendillo. El Valencia venció 2-0, ambos goles de la estrella argentina del equipo che. Junto a Kempes, el hombre más destacado de aquella final fue Arias.

El Valencia venció 2-0, ambos goles de la estrella argentina del equipo che. Junto a Kempes, el hombre más destacado fue Arias.

La fiesta en la capital del Turia fue total. Pero aún sería mayor la temporada siguiente, de nuevo en competición europea. Tras el título de Copa del Rey el Valencia disputó la Recopa de Europa. Pasieguito retornó a la secretaría técnica y se volvió a confiar para el asalto europeo en Alfredo di Stéfano. Gracias al título europeo, tanto la Liga como la Copa pasaron a un segundo plano. La temporada 79-80 fue la del mayor éxito (si exceptuamos el subcampeonato conseguido en la Champions League de la temporada 1999-2000) internacional del Valencia. El conjunto de Mestalla tuvo que imponerse a rivales de entidad, como el BK Copenhague, el Glasgow Rangers, el Barcelona, el Nantes galo y, ya en la final, el Arsenal londinense.

Unos 7.000 valencianos se desplazaron a Bruselas para presenciar la final europea ante los gunners del Arsenal, que eran inferiores en número a los aficionados ingleses presentes en el estadio Heysel. El equipo estuvo integrado por Pereira, Carrete, Arias, Tendillo, Botubot, Solsona, Bonhof, Subirats, Saura, Kempes y Pablo. Ya en la prórroga, Castellanos suplió a Subirats. El partido fue discreto y de mucha tensión. Después de 120 minutos de juego y con 0-0 en el marcador, la final se resolvió desde el punto de penalti. Le correspondió tirar al Valencia y a Kempes, quien falló el lanzamiento. Mal empezaban las cosas. Pero Ian Brady, el cerebro del Arsenal, erró también el suyo. Posteriormente se marcaron ocho consecutivos (los valencianos por parte de Solsona, Pablo, Castellanos y Bonhof) y se dio paso a una segunda tanda. Ricardo Arias batió a Pat Jennings y Pereira se convirtió en el héroe de la final al detener el lanzamiento de Rix. La euforia se desató y Saura fue el encargado de recoger la Copa más importante que han levantado los jugadores del Valencia.